dilluns, d’octubre 27, 2008

ANYS (i de les seves diferències)


El passat divendres el meu estimat Isaako, el meu "tete", em donava un retall d'un comentari que havia sigut puiblicat al diari metro. Creia que era interessant, i té tota la raó, i que em podia fer certa gràcia. Com així fou, aquí us el deixo; a més, hi ha qui es troba es situacions com la descrita per Marc Villanueva, periodista, en l'article:

AÑOS

¿Es posible tener una pareja mucho más joven que tú y que la cosa funcione? Dicen que es necesario admirar a tu novio/a; entonces, si tiene 15 años menos, admiraré su ingenuidad pero no su inteligenmcia? Hay quien dice que salir con alguien mucho menor es abuso de poder, pero lo cierto es que ambos tenemos poder. La única diferencia es que el mayor lo usa a sabiendas y el menor lo hace inconscientemente. Muchos opinan que a la primera discusión ya se verán las abismales diferencias, que el miembro más joven se ofenderá más porque está menos blindado y que el mayor añorará una mayor esgrima dialéctica. Yo me conformo con una buena reconciliación, sellada con sudor del bueno. Creo que esta tendenciaa que nos guste alguien manor se debe a la eterna búsqueda de la perfección. Te presto mi experiencia y me cedes tu cuerpo. Un trato desfavorable para ambos: de qué me sirve la experiencia de otro y qué voy a hacer com un cuerpo que no me pertenece. Los saborearás pero no se trasplantan. La mujer de mi padre tiene casi 18 años menos que él, supongo que se hereda no sólo un apellido y un poco de pasta, sino también neurosis, privaciones, depresiones no tratadas y frustaciones no vengadas.

Me temo que no seré de los que prefiere salir con gente mayor y que eso me condena a sentirme más protector que protegido, deseante más que deseado. ADemás, tener una pareja mucho más joven es agotador, no sólo porque las sesiones sexuales son atléticas, sino por todo lo que implica alargar las noches, conocer a sus amigos a sabiendas de que no ofrecen el mínimo interés, y lopeor, presentarla a tus amigos que ya ensayan miradas de condescendencia. Los casados me odiarán porque he roto el pacto de que nuestras parejas debían parecerse entre sí para que no deseemos unos las de los otros. y mis amigas me despreciarán por restregarlesblaq ley de la gravedad por los morros. Pues aprovecho esta columna para proclamarlo: me gustas, peque. Porque yo tengo canas y tú tienes ganas. Porque te enfurecen injusticias que a mí ya ni me inmutan. Porque mientras aprendes, desaprendo. Por eso vale la pena todo este rechazo social, vale la pena ser siempre aquel a quien el camarero sirve antes el vino para probarlo. Espero tener que pagar sólo la cuenta y no también los platos rotos y el corazón destrozado.

1 comentari:

diablessamariken ha dit...

què gran! sí senyor!

ara, que vosaltres tampoc cal que exagereu, una que yo me sé us guanya de calaix!

Ptons