dicen que todo tiene sus dos caras; que Juno gobierna todas y cada una de las acciones de nuestra vida, que si Gaia concede por un lado quita por otro para mantener el equilibrio cósmico: esa entelequia donde la vida, el orden, lucha constantemente con la natural tendencia hacia el káos. Todos habremos vivido esos momentos de nuestra vida en que un sueño se convierte en una pesadilla; una vivencia real de lo imbrincados que están el yin y el yang. O como el doppelgänger se hace físico y camina junto a nosotros en mitad de la neblina nocturna. Podemos sentir como las gaitas suenan en lo alto de la montaña y su bello lamento nos hace apreciar la belleza de nuestra tierra y lo hermoso de vivir, y lo injusto de la muerte que sigue siempre, inxeroble, hacia nuestra eterna cita en Samarra. La maravilla del amor se puede tornar en el sufrimiento del odio; la amistad en el dolor; los colores desaparecer; pero aunque sabemos que la noche será seguida por el día, también somos conocedores que la luz de las estrellas está muerta en el tiempo. Porque los recuerdos pueden olvidarse y sólo existimos mientras alguien nos recuerda.

la nuestra ánima sólo nos pertenence a nosotros; nadie tiene derecho a tratar de convertirla en jirones; luchemos por aquello por lo que late nuestro corazón e imagina nuestra mente... podemos cerrar una puerta y ejercer la táctica de la tierra quemada y dejar que el general invierno nos dé ventaja; pero siempre para continuar con la lucha hasta la victoria siempre!